Hugo Mallo (Marín, Pontevedra, 22 de junio de 1991), quien acaba de ser nominado para el Balón de Oro del Mundial Sub-20 que se está celebrando en Colombia. Y eso que su titularidad se debe en parte a la lesión del culé Martín Montoya. Mallo ha sabido aprovechar la oportunidad, desplegar todo su fútbol y, de paso, 'colarse' en la agenda de los clubs más fuertes del continente.Aunque muchos secretarios técnicos ya le habían echado el ojo desde sutemporada de debut en el primer equipo del Celta (prácticamente saltándose el filial), en la 2009/10, cuando Eusebio Sacristán le dio 25 partidos. El año pasado, Paco Herrera le otorgó definitivamente el rol de indiscutible, aunque terminó perdiéndose bastantes partidos por lesión.Para entonces ya le estaban siguiendo de cerca entidades como ¡el Chelsea! cuyo staff que ha visionado muchos partidos de Mallo este curso.En España, el lateral gallego estuvo relacionado con el Atlético de Madrid, el Depor, el Villarreal, el Getafe y el Valencia, por ejemplo, además de, recientemente, el Granada. O, mejor dicho, el Udinese para cedérselo al Granada antes de llevárselo a la Serie A. Y cuando Udinese pone el ojo en una joven 'perla' no se suele equivocar... Lógicamente, a media campaña el Celta reaccionó ofreciéndole una renovación de contrato con el objetivo básico de poder subirle la cláusula de rescisión a 10 millones de euros.Futbolísticamente hablando, Hugo Mallo es un lateral derecho 'total', de esos que los ojeadores europeos suelen buscar desesperadamente en el fútbol brasileño. Sube la banda cuantas veces haga falta, haciendo gala de un físico que en apariencia parece débil pero que nunca se derrumba. Tiene garra y personalidad, sobre todo si tenemos en cuenta su juventud, y una disciplina defensiva casi impropia de su edad.En cuanto al rol ofensivo, sube al ataque incansablemente, ocupando muchas veces la demarcación de falso extremo derecho. Tiene buena técnica tanto para el pase como para el centro, lo que en el futuro puede valerle para dar el salto a un equipo grande y más obligado a pisar el campo rival. Su hándicap es el disparo a puerta, prodigándose poco en esa faceta al ser consciente de que tal vez no es su fuerte. Claro que si tuviera eso ya sería Dani Alves o Maicon. Y eso son palabras mayores.
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