Sebastián Coates el Pique charrúa

La reciente disputa de la Copa América ha servido para ‘presentar en sociedad’ al último talento de Nacional de Montevideo: Sebastián Coates. El joven zaguero llegó al torneo con sólo un partido como internacional absoluto y con la competencia deVictorino y de Godín (que llegaba recién salido de una lesión) pero se ha convertido en una de las claves del éxito celeste gracias a su buen hacer y a su compenetración con Lugano, capo de la defensa charrúa.
Pero los que siguen más de cerca el fútbol del cono sur ya tenían agendado a este central de 1,96. Había destacado ya en el Sudamericano sub20 y tuvo una correcta actuación en el Mundial de la misma categoría unos meses después a pesar de queUruguay cayera en octavos.
Sólo unos meses antes había debutado con el primer equipo del Bolso y su ascenso ha sido tan meteórico como silencioso.
Ya en el pasado mercado estival su nombre fue relacionado con el Milan, pero la cosa al final no cuajó y se quedó en Nacional para ganar el torneo local en un final de infarto. Ahora, tras el máximo torneo de selecciones de la CONMEBOL, su nombre es conocido por todos. En Italia vuelven a mostrar interés pero parece que como otros compañeros de Nacional, dara el siguiente paso en su carrera en el fútbol brasileño, que vive una época de oro y siguiendo un hoja de ruta parecida a la de Lugano, quién también se acabó de formar en el Sao Paulo antes de cruzar el charco.
Su estilo de juego no dista del patrón de los últimos grandes defensores sudamericanos: buen juego aéreo (obviamente), correcta salida con la pelota, seguro en el corte y duro marcador. Tiene las virtudes, ahora sólo le queda potenciarlas para acabar de postularse como el mejor central sudamericano de la próxima década.